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Aprendamos a diferenciar buzoneo de correo direccionado

La gente sigue confundiendo el buzoneo con el correo direccionado. Es cierto que el buzoneo también lo llaman correo no direccionado, pero esto a veces lleva a confusión.

El buzoneo, como su propio nombre indica,  es un reparto directo en buzones o lugares habilitados para ello, como son las cestas publicitarias o publicestas. Normalmente lo que se suele distribuir, son folletos publicitarios, de diferentes tamaños, formas y colores y cuyo mensaje es una oferta puntual destinada a consumidores (particulares o empresas) o simplemente una manera de extender una determinada marca (lo que en términos publicitarios conocemos como branding).
Mientras que el correo direccionado o como algunos llaman, el mailing físico (no confundir con el mailing online) es un envío personalizado que se hace llegar a un titular, persona física o empresa, con su identificación impresa. Esta identificación se genera por conocimiento directo de la misma o partiendo de una base de datos autorizada. Vamos, lo que toda la vida se ha llamado enviar una carta.

Hay que hacer notar que en muchas ocasiones se refiere al buzoneo como “correo no direccionado”, con lo que queda claro que está es la diferencia fundamental: un envío masivo en el buzoneo, frente a un envío individualizado en el correo.

Recientemente este país ha sufrido varias elecciones muy consecutivas, pues bien, cuando nos ha llegado la carta a nuestro nombre de un partido determinado con los sobres para votar, eso es correo. Mientras que cuando han llegado flyers con propuestas de un determinado partido de manera masiva, esto es buzoneo. De hecho, había una confusión, porque varios partidos políticos llegaron a la conclusión de reducir el gasto en la repetición de las elecciones y querían “reducir el buzoneo”… estaban usando mal el término, porque se referían al correo direccionado de papeletas. Si hasta los que nos van a gobernar se equivocan en la terminología… ¡apaga y vámonos!

De todas maneras, una de las confusiones fundamentales llega cuando una persona/empresa contrata una campaña de buzoneo y después de estar realizada, surgen comentarios del estilo de “a mi madre no le ha llegado a su casa”, “en la calle tal, número tal, no había folletos” o «dame las calles donde has buzoneado» y otras aseveraciones similares… Pues bien, por perfecta que se realice una campaña de buzoneo y existen empresas que son expertas en ello, es materialmente imposible llegar a todos los lugares. ¿Por qué? Pues aquí, podríamos enumerar muchos casos:
        Error humano al distribuir.
        No poder acceder a determinada vivienda (por no admitir publicidad, lista Robinson, etc.)
        No disponer de buzones accesibles.
        Disponer de portero que filtra las recepciones de envíos y las entregas a los vecinos.
      Depositar los folletos en publicesta y estos ser cogidos por terceros (otros vecinos, transeúntes, servicios de limpieza, etc.) y cuando llega una determinada persona, no quedar.
        Acceder a la vivienda por el garaje y no por la puerta de la calle, con lo que no se detectan los folletos.
        Etc.

Infinidad de factores hacen que a una determinada persona no le llegue una campaña publicitaria por bien que esté realizada. De hecho, hoy en día, incluso se pueden encaminar las campañas gracias a plataformas de geomarketingy conseguir una distribución mucho más acertada, pero insistimos, una distribución masiva.

Respecto a la información, lo anteriormente comentado lleva a que, normalmente cuando se buzonea una zona se plasme en un mapa de área distribuida (donde dentro de esa zona puede haber incidencias de reparto como las enumeradas antes). No se suele facilitar un listado de puntos distribuidos, si no estariamos ante un buzoneo apuntado que encarece mucho el servicio (como un reparto de cartas).

El principal operador postal de España, que durante muchos años ha sustentado un monopolio, es Correos. El envío de una carta direccionada, cuesta por encima de los 35 céntimos (dependiendo del peso) y aun así, se pierden entre el 5-8% de los envíos (datos oficiales). El coste de una campaña de buzoneo es más de 10 veces inferior al de un envío direccionado y la llegada en muchas ocasiones está por encima del 80%… sobran las palabras.

 

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